Soy solo un comerciante, me dije cuando recibí en mi oficina
la multa repentina de una dependencia de gobierno solo por poner algunos
anuncios en vía pública. Para afrontar estos nuevos gastos, cual podría ser la
via? Aumentar los ingresos? Enfocarse a unos cuantos artículos y servicios?
Soriana, Telcel, Prestamos diversos, tiendas departamentales
y muchos otros tenían anuncios tapando completamente las señalizaciones
publicas con letreros como “solicito empleados”, “solicito promotores”, “solicito
vendedores”, pero era a mí la pequeña tienda que me multaban con una cantidad que me sacaba de
equilibrio por ese mes.
Aun a pesar de pagar mis impuestos a tiempo, de atender mi
contabilidad, a pesar de atender lo mejor posible a mis clientes y con sentido
de urgencia, yo comerciante me veía envuelto en una serie de problemas
económicos.
Debido a la necesidad de mejorar los ingresos, decidí
emprender la búsqueda de proveedores de
mercancía mas económica y de mediana calidad, con ello me vi obligado a llegar
a lugares donde existen comercios informales donde pensé, ser tratado como un
comerciante mas y ser bien recibido ante mis necesidades de mercancía.
Sin embargo, este grupo de comerciantes “callejeros” que
viven sumergidos en el submundo de la informalidad y el trafico de mercancía,
no me vería como su semejante. Por desgracia aunque en un principio mis compras
fueron bien recibidas, con el tiempo note conductas reacias ante mi presencia
que claramente denotan molestia por rivalidad u otras.
Es extraño pero ciertos lugares de comercio informal dan el
precio que quieren, no tienen pautas a seguir que demuestren tabla de precios
de mayoreo justas, ni tampoco objetividad en el trato a todos los clientes,
dentro de este tipo de comercio se mezclan mucho los sentimientos y las
relaciones de compadrazgo o consanguíneas.
Es difícil reconocer cuando el comerciante toca terrenos
complicados, ya que entre comerciantes es difícil discernir la diferencia de
trato hacia un cliente u otro. Un comerciante informal puede no aceptar las
condiciones de compra de una tienda acostumbrada a tiempos de entrega,
garantías, trato justo, objetividad y no discriminación por condición sexual o
religiosa.
¿Convierte a un negocio formal en informal el hecho de
obtener algunos productos de comercio informal para completar su abanico de
productos complementarios y tener a sus clientes satisfechos? Probablemente no se puede afirmar que si, pero
tampoco que no.
En el comercio todo es válido, no hay una estrategia perfecta
para lograr incrementar los ingresos, siempre y cuando el producto y servicio
satisfaga a su mercado meta. Si el producto adquirido en mercados alternos al
cotidiano a menor precio no resulta fortalecido respecto a precio y calidad
similar al original, este no deberá ser adquirido, pues el riesgo será mayor a
lo que ganara el establecimiento al ofrecerlo.
Existen situaciones
que vuelven a un proveedor informal en inseguro
y traicionero. En ocasiones el precio resulta no muy diferente que el que se
obtiene en un proveedor que paga los costos de importación. La falta de
garantía, la informalidad y por ende la ausencia de facturas por cada compra
realizada, ponen a pensar al comerciante sobre los artículos que puede
conseguir en el mercado informal.
Después de un tropiezo tras otro, al pasar los años, yo
comerciante ya puedo distinguir que puedo comprar con un proveedor informal, y
que artículos se pueden adquirir en tiendas que tienen en regla todos sus trámites,
ya que estas últimas pueden otorgar garantías dadas la existencia de documentos
de por medio en artículos como tabletas y computadoras.
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